El aumento histórico  de la demanda y del consumo energético en el mundo, así como de la actividad industrial, los transportes, la deforestación y la agricultura, han dado paso a un incremento de las emisiones a la atmósfera de gases como el dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, los cuales representan los principales Gases de Efecto Invernadero, causantes del cambio climático. Si como ha señalado el capítulo uno del Quinto Informe del IPCC “el cambio climático es inequívoco”, de continuar la tendencia al alza de las emisiones, y de no lograrse acuerdos internacionales en 2015, las emisiones se triplicarían en los próximos 80 años.

Este incremento en las concentraciones de  los Gases de Efecto Invernadero, asociado a la variabilidad climática está teniendo impactos negativos importantes para todos los países, en especial las pequeñas islas insulares y la región centroamericana. Además, si la tendencia al incremento en las emisiones se sostiene sin reducirse significativamente,  las consecuencias negativas futuras son impredecibles. En este grave contexto, el desarrollo sustentable puede reducir la vulnerabilidad al cambio climático mediante el aumento de la capacidad de adaptación y  de resiliencia. Reducir vulnerabilidad frente al cambio climático es un imperativo para nuestro país, tal como reconoce la Política Nacional de Medio Ambiente 2012 y la reforma a la Ley de Medio Ambiente de Noviembre que establece la adaptación como una prioridad nacional.

Este problemamundial requiere la participación de toda la sociedad y del Estado, desde las diferentes instancias de gobierno, pasando por las universidades, organizaciones no gubernamentales, hasta los actores organizados locales y la ciudadanía en general. Para lograr un cambio,se requiere combinar esfuerzos de sensibilización, formación y educación, así como del desarrollo de la investigación científica y técnica apropiada a las necesidades nacionales, así como acciones prácticas de adaptación y mitigación que involucren tanto al sector público como privado y a los diferentes actores territoriales. Las universidades, los institutos de investigación, el sistema educativo nacional y la Academia en general, juegan un papel clave en la formación y creación de capacidades técnicas y tecnológicas, en la investigación científica y en la proyección social al servicio de las prioridades nacionales y locales y de los más vulnerables, como parte de la respuestas nacionales frente al cambio climático.

Debido al escaso desarrollo que aún tiene nuestro país en el ámbito educativo y de creación de capacidades nacionales y locales, resulta de vital importancia crear espacios que permitan discutir los problemas, identificar prioridades y generar proyectos de investigación en diferentes áreas, en coherencia con las apuestas estratégicas del país, para reducir la vulnerabilidad y lograr un desarrollo sustentable

En este sentido la educación, la investigación, y la construcción de capacidades desde un enfoque interdisciplinario que pueda construirse, desde las universidades nacionales, organizaciones de sociedad civil e institutos de investigación,  podría contribuir a aumentar la conciencia pública sobre el cambio climático y sus consecuencias, al tiempo de vincular a diversos actores nacionales preocupados por dicha temática.

Realizar el Primer Congreso Nacional de Cambio Climático en El Salvador busca convertirse en un espacio de diálogo para obtener insumos y promover el desarrollo de la formación académica, la investigación científica y tecnológica en sectores especialmente impactados por el cambio climático. Además, este congreso se perfila como  un espacio propicio para realizar  un análisis crítico y prospectivo de las posibles alternativas y prioridades, sumando esfuerzos de diversos actores nacionales e internacionales. 

OBJETIVOS

• Crear un espacio de encuentro e intercambio de información técnico-científica entre diversos actores nacionales en materia de análisis de los impactos del cambio climático para el país y la región centroamericana.

• Conocer sobre el estado actual de proyectos de investigación, ejecutados y en ejecución  en instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil, buscando identificar y sistematizar las necesidades de formación e investigación a desarrollar en el país para responder a los desafíos que plantea la variabilidad climática y el cambio climático.

• Establecer un panel permanente sobre cambio climático con carácter académico-científico que pueda aspirar a jugar un papel relevante en el marco del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).